Un debate deportivo. Por: Laura Valencia
La inclusión de género sigue siendo un reto en varios aspectos de la sociedad. Muchas personas aún no reconocen la diversidad de género que existe dentro de la comunidad LGBTIQ+. En el deporte existe una discusión sobre si las personas transgénero deberían participar en la categoría con la que se identifican o no. Detrás de este debate hay temas hormonales, biológicos, rendimiento deportivo, pero sin duda también siguen vigentes los estereotipos.
Debido a los niveles de testosterona que produce un hombre durante su pubertad, es un hecho que desarrolla más fuerza que las mujeres. Las personas trans no hacen los tratamientos de cambio de género antes de la pubertad, es por eso que cuando lo hacen de adultos o adolescentes hay elementos biológicos que pueden afectar el rendimiento del deportista. Sin embargo, hay estudios que dicen que después de cuatro meses de supresión de testosterona los niveles entre una mujer trans y una cisgénero se pueden comparar. Incluso, había una norma del Comité Olímpico Internacional que le pedía a las personas trans hacer un tratamiento para regular sus niveles de testosterona y solo podían competir si estaban dentro del rango determinado para cada género.
Joana Harper es una atleta trans y asesora al Comité Olímpico Internacional, sus resultados muestran que aunque hay una reducción significativa en la masa muscular, incluso después de tres años de la transición, la mujer tiende a tener más fuerza. Sin embargo, no es algo que dependa simplemente de biología y anatomía, en cualquier deportista es fundamental y primordial tener disciplina y constancia en el entrenamiento. Si una mujer trans practica solo durante dos sesiones y una mujer cis por cuatro sesiones, eventualmente, la segunda va a rendir más que la primera.
Muchas veces en el deporte se esconden estereotipos que se justifican bajo divisiones categóricas o condiciones de competencia para cada género. Por ejemplo, el Comité Olímpico Internacional decidió que cada federación de deporte puede aplicar los criterios que quiera frente a la participación de personas trans en competencias. Esto se dio debido a la falta de estudios concluyentes que muestren, realmente, si hay o no una ventaja en el deportista trans. Por la falta de datos e información en el tema, las decisiones que se terminan tomando están más ligadas a los criterios personales que a los deportivos.
A pesar de que pueda existir al comienzo de la transición una ventaja por temas hormonales, depende de cada atleta si continua con un ritmo de entrenamiento intenso y exigente para llegar a un mejor nivel. Hay deportistas cis muy talentosos que no han llegado a conseguir logros sobresalientes, porque se confían de su ventaja biológica y no se esfuerzan para mejorar. Uno luego ve cómo ese talento es opacado y derrotado por atletas que se exigen diariamente sin contar con la facilidad del talentoso.
En el caso de las mujeres trans, se cree que es “injusto” que compitan en el deporte femenino por unas ventajas que desarrollan en la pubertad mientras eran hombres. Además de que esto aún carece de sustento científico, hay una narrativa de superioridad que refuerza la afirmación de que lo femenino es el género débil. Una mujer trans compite bajo las mismas reglas y tiene la oportunidad de entrenar las mismas horas que una mujer cis, si están en las mismas condiciones, entonces ¿por qué el hecho de haber sido un hombre años atrás le da una ventaja frente a sus contrincantes? Cuando una persona cis es superior al resto por talento y dedicación no se cuestiona si esa persona hace trampa al competir.
En fin, el deporte es una de las esferas donde se refleja cómo somos como sociedad. Los pensamientos de exclusión se trasladan a estos aspectos de la sociedad y terminan en falta de criterios y de estudios para la competencia de personas trans. Por el momento, deberían tener la oportunidad de practicar el deporte que les apasiona y en el cual tienen habilidad. Si los niveles de testosterona están dentro de los límites de cada género, por ahora, eso muestra una igualdad en la fuerza y masa muscular que puede desarrollar el atleta trans. Los deportistas que sobresalen en los deportes, como Phelps o Nadal, son sumamente disciplinadas y rigurosos con su plan de entrenamiento. Nadie pone en discusión si este tipo de deportistas hacen algo fuera de las normas para rendir de la manera que lo hacen, por ende, una persona trans puede tener un mismo plan de entrenamiento y obtener frutos de ese sacrificio y compromiso con el deporte.