La posible guerra nuclear. Por: Alejandra Zamora

El 23 de febrero de 2022 Vladimir Putin emprendió la “intervención militar” en territorio ucraniano que ha afectado al mundo entero en términos económicos, jurídicos, pero principalmente, de seguridad. Lo que se pensó sería una intervención que prontamente acabaría, solo ha escalado sin parar dejando consecuencias catastróficas. Ahora bien, si se esperaba una intervención de pronta terminación, ¿porque no parece cesar el conflicto, y por el contrario se exacerba cada minuto?

Desde el inicio de la guerra se ha venido demostrando la importancia de la agricultura productiva y manufacturera de Ucrania, que ha dado cuenta de la relevancia del país y su papel estratégico, tanto para Rusia, como para el resto del mundo. Esto da cuenta de una de las razones por la que el mundo tornó sus ojos al conflicto y empezó a intervenir cada vez con mayor intensidad.

Esa intervención responde a las principales razones de la prolongación del conflicto. Ucrania por sí solo, a pesar de ser geoestratégicamente relevante, no cuenta con fuerzas militares que tengan la potencialidad de hacer un frente real a la fuerza militar rusa, sin embargo, ha respondido con gran resiliencia a los ataques. La tenacidad de sus habitantes que desde el primer minuto acudieron a la protección de su país, con una actitud propia de los héroes de película, y haciendo demostraciones que por redes sociales le dieron la vuelta al mundo, fue clave para la resistencia. Pero la actitud proteccionista nacional de sus ciudadanos no es suficiente, ni lo único que explica la fuerte respuesta ucraniana, los recursos que el mundo ha invertido en el conflicto sí.

Recursos militares, económicos y políticos se movilizaron entre todas las fronteras del mundo para llegar a Ucrania y demostrar el apoyo en la resistencia al ataque ruso. Movilizaciones políticas y diplomáticas, el inicio de procesos de anexión a la OTAN de países que en otra situación habrían de esperar años para ser aceptados, ni hubieran querido ser parte, así como la donación de armas, capacitaciones militares, comida, entre otros recursos; han sido la piedra angular de la resistencia. Pero también han implicado una imposibilidad de terminación para la guerra y una intensificación de la violencia, que, en una reminiscencia a la odisea de Hitler, parece que será definida por el invierno que se acerca en la región y da grandes ventajas al gigante ruso.

Adicionalmente, hay que tener presente la figura de Vladimir Putin, un sujeto con pasado altamente debatido, con participación en la KGB, fuerzas militares, y altamente reconocido por su carácter fuerte e incluso conflictivo. Con un pasado conquistador de territorios como Crimea, y con la intención de seguir expandiendo el territorio ruso hasta conseguir la grandeza que el imperio tuvo, tal y como anunciaban sus campañas políticas a la presidencia.

Su discurso del pasado 21 de septiembre en el que anuncia la movilización parcial, en los siguientes términos: Nuestras tropas no solo se enfrentan a las formaciones neonazis de Ucrania, sino a toda la maquinaria militar de Occidente. Por ello se considera necesario tomar una decisión que se adecúa totalmente a las amenazas a las que nos enfrentamos: proteger nuestra patria, su soberanía e integridad territorial, garantizar la seguridad de nuestro pueblo y de los pueblos en los territorios liberadosjunto con la inesperada y fuerte derrota en Járkov, anunció el reclutamiento de 300.000 personas, con la idea de equilibrar la fuerza militar que se han desplegado en Ucrania con ayuda de los países occidentales que han demostrado su apoyo. Todo esto muestra que Putin no se ha plateado una solución pronta al conflicto, ni pretende aceptar derrotas en ninguna dimensión.

Finalmente, los referendos en las regiones del Donbás, Jersón y Zaporiyia, sobre la posible anexión a Rusia, que resultó en una aprobación casi del 100%, puede igualmente terminar en mayor intensidad de la guerra. Pues, a pesar de no ser instrumentos jurídicos válidos, si pueden ser herramientas de Putin para declarar la anexión de estas regiones a su territorio, caso en el que podría interpretarse que las defensas militares ucranianas sobre estos territorios son ofensas a la integridad territorial rusa; y, como lo ha anunciado el mandatario, podría desencadenar la mundialmente temida guerra nuclear.

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