Este va a ser un análisis corto del debate más irónico que he visto en mi vida. Primero que todo, tengo que decir que me encantan estos espacios. Disfruto de la época electoral como nada, de solo pensar en ver y escuchar los diferentes puntos de los candidatos. No soy apasionada por ningún partido político, por lo que mi voto se define a partir de estos momentos. Dicho lo anterior, tenemos que discutir el debate del pasado domingo realizado por Los Danieles.

La discusión fue un desastre. Más allá de la organización por parte del equipo periodístico, los candidatos no vieron la seriedad del asunto y lo que pretendía ser el primer debate de candidatos a la alcaldía de Bogotá, resultó ser una comedia, en la que ni los moderadores pudieron contener la risa.

Daniel Samper Ospina lo resumió a la perfección en su Twitter (ahora llamado X): “Tres candidatos corrían la maratón mientras debatían, a otro le llevaron el almuerzo, otro pidió un banano”. Y literalmente así fue el debate; más allá de las ideas que se discutieron, pues sí hubo posiciones marcadas, no pudieron darle la trascendencia que el debate merecía.

Fuera de cualquier discusión ideológica, para mí fue fascinante. Me reí como nunca viendo el ataque de risa de Daniel papá y Daniel hijo; el desastre de la conexión para Diego Molano y Juan Daniel Oviedo; la fatiga con la que hablaba Carlos Fernando Galán mientras corría; la cara de sorpresa, confusión e irritación de Jorge Enrique Robledo; y, por último, pero no menos importante, la seriedad con la que Rodrigo Lara asumió el debate.

En últimas, sí entendí los puntos de los candidatos, por lo menos de los que participaron. También me quedo con el mensaje de que el deporte es fundamental, salir a correr la media maratón es una forma de hacer política y sin duda de conseguir votos de los participantes y espectadores.

De los puntos a resaltar: ningún candidato (entre los presentes y de los que contestaron la pregunta) quiere incumplir el contrato del metro, tema fundamental para los bogotanos. Además, todos concuerdan con que la seguridad es un eje principal en este momento para la capital y que, sí o sí, hay que buscar soluciones rápidas para que los ciudadanos no se sigan viendo afectados.

Es posible que se armen alianzas más adelante, hay que ver quiénes tienen mayor afinidad. Estas alianzas, más que partidistas deberían basarse en las propuestas presentadas. Deben los candidatos preguntarse cuál es su preocupación principal en la situación actual de Bogotá.

La implementación de la segunda vuelta en la alcaldía va a ser fundamental para determinar los acuerdos políticos que hagan los candidatos.

Por último, pero no menos importante, triste no ver alguna mujer en la carrera por la alcaldía de Bogotá. ¿Cómo pasamos de tener la primera alcaldesa mujer en la historia de nuestra ciudad, a no tener ni una candidata? ¿Qué está pasando con la participación femenina en la política? ¿Tendrán los partidos políticos algo de responsabilidad? ¿Cuáles van a ser las propuestas de los candidatos frente a temas de mujeres?

Ahora sí empieza la verdadera carrera electoral para ver quién será el próximo alcalde de Bogotá. Según las encuestas, el futuro gobernante de la capital podría ser Juan Daniel Oviedo o Gustavo Bolívar (quién impactó con su ausencia en el debate de Los Danieles), sin embargo, es muy pronto para decir cualquier cosa.

En todo caso, el primer debate de candidatos a la alcaldía de Bogotá estuvo divertidísimo, seguramente más de uno esté de acuerdo conmigo: ha sido el debate más irónico.