Digitalización y mercado laboral: Por Carolina Castaño

Carolina Castaño

En el primer semestre del año, Boston Consulting Group (BCG) y The Network desarrollaron un estudio en torno a las formas de trabajo a nivel global. Este, que se llevó a cabo por medio de una encuesta a 208.807 personas de 190 países, concluyó que únicamente el 11% de las personas quiere regresar a trabajar de manera 100% presencial una vez se supere la pandemia.


Bajo este panorama, aspectos como la cultura organizacional, el liderazgo, la motivación, el reclutamiento y la salud emocional se ven enfrentados a un escenario sustancialmente diferente al que tradicionalmente se ha manejado en las últimas cuatro décadas. El modelo híbrido, más allá del desafío que supone no tener la misma interacción humana, tiene implícita la necesidad de garantizar la convivencia entre las herramientas tecnológicas y el talento.


Dicho escenario, por su parte, también sucede por fuera del funcionamiento interno de las compañías, pues la operación de cara a los públicos externos, como los clientes, sufrió el mismo cambio. De acuerdo con la consultora Bain & Company y la empresa de investigación de mercado en línea Dynata, el 92% de los compradores B2B (Business to Business) aseguró que tiene una preferencia por mantener el esquema de interacciones de ventas de manera virtual, gracias a las facilidades en comunicación que este ofrece.


Así las cosas, en un marco en el que de manera transversal se han modificado los estilos de interacción profesional, seguir pensando en que la dinámica de trabajo volverá a ser como antes de la pandemia es un desentendimiento de la realidad laboral global. La solución, por simple que parezca, está en empezar a ver a la tecnología como una auténtica aliada y reconocer que sin ella no hubiese sido posible mantener la productividad y el empleo durante los meses que van de pandemia.


Un camino para lograr esta concepción, y, de paso, eliminar ese temor irracional de que los robots reemplazarán la labor humana, es el de dimensionar el grado de incidencia que tiene, a día de hoy, la tecnología en la productividad. De acuerdo a como lo sugirió el reporte de competitividad global del Foro Económico Mundial 2017- 2018, en el que Colombia ocupó la casilla 66 del listado, el correcto uso de las herramientas para el trabajo diario influye en el ritmo productivo de una nación.


Bajo esa noción, en la medida en que los trabajadores, las organizaciones y los gobiernos logren automatizar más sus procesos operativos y enfoquen la atención del talento humano en labores de mayor trascendencia, la productividad crecerá mientras, paralelamente, se incrementa la calidad de la experiencia laboral de los empleados.


Para aterrizar tal idea a un ejemplo concreto, como puede ser el de Comdata en Colombia, vale señalar que desde que se incorporaron tecnologías como la Inteligencia Artificial, la analítica, la nube electrónica y el Big Data, se registraron mejorías significativas en el Índice de Satisfacción del Cliente (ISC), en los tiempos de las atenciones y en la capacidad para responder al crecimiento de la demanda; lo que, a su vez, favoreció la generación de empleo y la calidad de los procesos de selección.


Con esta mirada general de lo que se puede esperar del mercado laboral contemporáneo y del papel que puede ocupar la tecnología, es claro que la economía colombiana tiene en la digitalización la clave para volver a los niveles pre pandemia y reducir el desempleo a un solo dígito.


Carolina Castaño, directora Mejora continúa y Transformación digital de Comdata

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