De Goyeneche a Petro: Por Pablo Rosselli

Pablo Rosselli

Gabriel Antonio Goyeneche Corredor (1886-1977), conocido como “Elcandidato vitalicio”, fue un personaje que se postuló varias veces a la presidencia de Colombia entre los años cincuenta y setenta, y tuvo seis derrotas electorales en 20 años de campaña. Nacido en Socha, Boyacá, este hombrecito inspiraba ternura y respeto por su vehemente deseo de solucionar los problemas del país, y tuvo el honor de ser el único político apolítico de nuestra historia republicana. Dicen que se le “corrió la teja” luego de la epidemia de gripa española en 1918 y, según él, logró sobrevivir gracias al agua de panela con limón. Lo consideraban loco por su empeño de ponerle un techo de marquesina a la lluviosa Bogotá y por la idea de pavimentar el río Magdalena aprovechando que se tenía el agua, la arena y solo bastaba el cemento para hacer una moderna autopista por su cauce.

Goyeneche llevaba una vida austera, casi en la indigencia. Vivía a expensas de un subsidio de la Universidad Nacional, la caridad de los estudiantes y la venta de sus panfletos con su plan de gobierno. Tenía una particularidad que lo diferenciaba de la mayoría de los políticos: era honesto, carecía de malicia e intenciones ocultas y era un ejemplo de civilidad y no violencia. Todo lo contrario del candidato oriundo de Ciénaga de Oro que ha atizado el
resentimiento y el odio respaldando paros y vandalismo.

Aunque no era economista, Goyo, como le decían sus seguidores que lo vitoreaban con el lema “Colombia está en el hoyo, hay que votar por Goyo”, tenía una sencilla propuesta para solucionar la pobreza: “para hacer un rico cada día en cada cuadra, a diario se escogerá un individuo pobre que habite en una manzana de la ciudad. Los demás habitantes, sean quienes fueren, le darán al seleccionado un peso. Así el desdichado compatriota saldrá de sus necesidades inmediatas. Al día siguiente otro será el favorecido con el peso general, y con el tiempo todos seremos ricos por igual”. La idea, que en su momento hizo del boyacense el hazmerreír me recordó la propuesta del líder de “La Colombia Humana” en la que sugirió que el Banco de la Republica imprima más billetes para repartirlos entre los que lo necesitan. Sin duda ambas fórmulas son ingenuas e imprácticas, pero al menos en la de Goyeneche el dinero no perdería su valor y no aumentaría la inflación.

“Volvamos mierda la caca”, decía Goyeneche en uno de sus postulados sanitarios que pretendía quemar los excrementos y evitar los inodoros con agua: “Se trata de un ‘water closet’ que por debajo no tiene tubos, sino un
horno crematorio que vuelve mierda la caca”. Petro, al que coincidencialmente le han puesto el remoquete de “El cacas” en las redes sociales, tiene la intención, gane o pierda, de volver mierda el país como lo hizo con Bogotá en su nefasta alcaldía.

En fin, hacer un símil entre estos dos personajes puede parecer irrespetuoso (con Goyeneche, por supuesto); espero que la historia los recuerde a ambos como los candidatos vitalicios.

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