Una paz vacía. Por: Isabela Uribe

Si hay algo con lo que estoy de acuerdo con el presidente de la República es que definitivamente la Constitución no puede estar por encima de la paz. Es más, no sería ni siquiera correcto y coherente afirmar que ambas se encuentran en oposición, pues la paz no solo hace parte del preámbulo de la carta magna, sino que también es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento para todos, de acuerdo con su artículo 22. Entonces es precisamente la Constitución la que es el sustento, pilar y garante de la paz en el país. Todo aquello que contraría la norma de normas, se está oponiendo a todos sus valores, principios y derechos consagrados en ella, entre esas la paz. Siendo así, el decir que la Constitución está en un momento dado por encima de la paz sería más bien decir que no se están cumpliendo ni respetando verdaderamente las disposiciones constitucionales.

Esa frase del presidente Petro fue dicha en un contexto de tensión política que se viene dando, puntualmente, entre él, la procuradora y el fiscal general de la Nación en los días pasados. Lo que dio origen a sus diferencias fue la negativa del fiscal Barbosa a levantar las órdenes de captura de 16 miembros de dos grupos armados al margen de la ley, en el marco de la supuesta paz total. Esto fue respaldado por la procuradora, pues ambos concuerdan en que el levantamiento de dichas capturas se contrapone con la ley y la constitución. Para Barbosa, no hay condicionales constitucionales que apliquen a los jefes de esos grupos armados al margen de la ley y para Cabello, los decretos del cese al fuego no tienen consagrado la suspensión de órdenes de captura. En esta intervención de la procuradora fue cuando manifestó que la paz no puede estar por encima de la Constitución, a lo que el presidente respondió que pensar eso es un error gravísimo.

Ni lo uno, ni lo otro. Como bien he querido decir, no es lógico ni posible que la paz esté ni por encima ni por debajo de la Constitución, pues esta contiene a la otra; son inescindibles. El velar por el cumplimiento de esta ley supra es velar por la paz también y viceversa. Entonces, sí es un error pensar que la paz está por encima de la Constitución, como lo manifiesta el presidente, pero no desde la óptica en la que él lo ve. Es más, me parece que justo lo que él está intentando hacer con la ley de la paz total, en especial con el levantamiento de las órdenes de captura, es justamente una contravención de la paz y así de la Constitución.

No puede haber una paz otorgándole beneficios a personas que no han colaborado ni un solo segundo con la justicia y quienes la incumplieron en primer lugar. Así mismo, mucho menos puede haber beneficios para estas personas sin antes haber compromiso, uno que garantice que realmente van a cooperar con la justicia y con los diálogos de paz. Qué interés van a tener estos grupos para sentarse a negociar con voceros del gobierno una prolongación tal vez del cese al fuego, o una desmovilización si antes de que se sienten a negociar ya se les está ofreciendo impunidad; el estar por fuera del radar de la justicia sin exigirles nada a cambio.

Entiendo que en el marco de una negociación y diálogo hay que ceder, pero jamás se pueden ceder las garantías constitucionales, no se puede pasar por encima de ellas. Me parece curioso que el ministro del interior plantee que la Ley 2272 de 2022 de la paz total le otorga facultades al presidente para levantar órdenes de captura de integrantes de grupos armados al margen de la ley con los que pretende entablar pactos de paz, pues haciendo un barrido de dicha norma en ninguna parte se determina eso.

De por sí es una ley con considerables vacíos legales y el querer aplicarla con estas incongruencias simplemente lleva a una paz vacía, sin garantías e inconstitucional, es decir, no lleva a una genuina paz. El no querer hacer las cosas bien desde el principio marca el camino hacia un fracaso en términos de justicia y constitucionalidad. Claro que todos queremos la paz y el desarme de los grupos delincuenciales, pero no así, no vacía, sin sustento y sin respeto de la legalidad.

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