Lionel Scaloni y la virtud de no tener experiencia. Por: Santiago Bonivento 

Santiago Bonivento

A usted, cuando le digan que no tiene experiencia, conteste que tuvo vivencias a lo largo de veinticinco años de carrera”, fue una frase que quedará en la historia pronunciada por el Maestro Oscar Washington Tabárez - por ese entonces seleccionador de Uruguay - a quien será el protagonista de esta columna: Lionel Scaloni.

Fue pronunciada en un partido amistoso entre Argentina y Uruguay muy lejos de territorio sudamericano, en Israel. Y es llamativa, especialmente por de quién proviene y hacia quién se dirige. Del director técnico más especializado y experimentado de América del Sur, hacia uno de los más jóvenes y con menor experiencia para ostentar el cargo de seleccionador nacional. Sin mayores pergaminos, sin mayores títulos como director técnico y con críticas constantes por parte de la prensa especializada del países del sur..

Lionel Scaloni es un ejemplo maravilloso de cómo la poca experiencia - con grandes ganas de hacer las cosas muy bien - es una combinación que puede ser poderosa. Se suele subestimar a aquel que carece de experiencia. Y puede haber algo de razón: la experiencia permite tomar decisiones, a través de fenómenos comparativos de vivencias previas, que le dan un valor agregado. Pero, sin duda alguna, las ganas y el querer hacerlo bien son un elemento sine qua non, para que los resultados lleguen.

Posiblemente se hablará - y con toda la razón - de las grandes proezas logradas por el otro Lionel: por Messi. Por sus compañeros en la última y maravillosa etapa que ha tenido en la selección argentina: De Paul, Di María, Lo Celso, Paredes y Martínez. Pero, sin un comandante en jefe, las proezas pueden desalinearse. No olvidemos que Argentina pierde su primer partido del mundial y es allí, en las derrotas, en donde el líder tiende a aparecer para no juzgar, sino para apoyar.

No hablar de Scaloni en este momento, sobretodo por lo que representa y lo valioso que es analizar su caso para la creación de nuevos talentos, la retención de ellos y la generación de grandes y valiosas personas y nuevos líderes - aun con nula experiencia en determinado campo - sería no hablar de un gran ejemplo de liderazgo.

Scaloni ha de servir para que, en el mundo de las oportunidades, se le brinden más a personas sin experiencia, pero con muchas ganas de querer hacer las cosas realmente bien. A veces, la poca experiencia en determinado frente, se complementa con un deseo genuino por querer aportar y por querer trascender a través de un sueño materializado en un propósito loable y común. Para Scaloni, el crear una de las mejores generaciones del fútbol argentino en su historia.

Así, un último mensaje para la empresa, el lugar de trabajo o aquellos en capacidad de generar oportunidades: la invitación por creer en aquellos que, más que conocimiento, tienen las ganas de querer hacer las cosas real y genuinamente bien.

Si nadie da una oportunidad, es abiertamente imposible poder materializar las ganas. A veces, estas llegan sin buscarse. Pero, en un porcentaje mucho mayor, estas llegan después de que alguien - viendo un determinado don, talento o virtud - opta por creer que hay algo más allá de cinco, diez o quince años de experiencia. La experiencia se obtiene pero, sin duda, las ganas son inherentes al ser humano que busca trascender.

Por último, pero no por ello menos importante, son siete las columnas de opinión publicadas este 2022 en un medio maravilloso que, fiel a lo que refiero en esta columna, le abre su espacio a jóvenes para desarrollar un sueño y las ganas de aportar. Gracias El Bogotano Casa Editorial por la oportunidad y me diviso ya soñando un 2023 con muchas letras y contenido. ¡Ahí nos vemos!

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