fin de las criptomonedas o nueva crisis financiera mundial. Por: Rafael Rodríguez-Jaraba

Rafael Rodríguez Jaraba

El Gobierno está en mora de ordenar de manera inmediata y perentoria, la suspensión de las simulaciones que viene adelantando la Superintendencia Financiera, con las mal llamadas criptomonedas, entre ellas el Bitcoin, quebrantando el orden legal, monetario, cambiario y crediticio, y, además, promoviendo una economía oscura, espuria e insostenible que ya ha afectado y expoliado a cientos de miles de ciudadanos en todo el mundo.

No son pocos los inversionistas asaltados en su buena fe con estos engendros que cautivan la atención de ingenuos e incautos, así como de ambiciosos burgueses, quienes, por ignorar o despreciar la ciencia y, pretender obtener jugosas rentas sin trabajar, invierten sus ahorros y fortunas heredadas en estos señuelos, los que al final, solo producen pérdidas, frustración y desengaño.

Tampoco son pocas las demandas civiles y las denuncias penales interpuestas por ocasionales compradores de criptomonedas, que se sienten estafados, al ver que día a día estos adefesios causan mayor rechazo y repudio. Los desencuentros y reclamos contractuales derivados de la compraventa de estos esperpentos, está causando congestión judicial y hacinamiento procesal, e inclusive, provocando que algunos compradores apelen a vías de hecho parte tratar de recuperar lo perdido.

No debe extrañar que, el Banco Mundial haya negado de manera reiterada y rotunda respaldo a las economías que, de manera paralela han acogido criptomonedas como medio de pago, y, además que, les haya advertido, sobre los graves riesgos e implicaciones que estas decisiones comportan para las naciones, que, de no ser revocadas, las convertirá en parias del sistema mundial de pago.

En igual sentido se han pronunciado académicos y gobernadores de bancos centrales, quienes coinciden al afirmar que, la siguiente crisis financiera mundial la podría causar la tolerancia de algunos gobiernos con la circulación de criptomonedas, por lo que no debe extrañar, el ruinoso desplome de FTX en Estados Unidos, y el arresto y libertad temporal de su fundador, Sam Bankman-Fried.

Para el Derecho Financiero, Monetario, Cambiario y Crediticio, no existen razones científicas ni fundamentos fácticos que soporten la emisión y circulación virtual de criptomonedas, y menos, como monedas oficiales, habida cuenta que, hacerlo, responde a decisiones intempestivas huérfanas de racionalidad y fundamentos, por lo que estas decisiones son absolutamente irresponsables, insostenibles y nefastas.

Con frecuencia en consultas, conferencias, clases en las universidades y tertulias coloquiales me preguntan como asesor y profesor de Derecho Financiero: ¿Qué opina de las criptomonedas?

Así respondo: “Ningún esquema financiero o monetario, físico, lógico o virtual, es sostenible, si depende de captaciones futuras e inciertas. Ningún medio de pago, papel moneda o nomenclatura liberatoria de bienes y servicios es corriente y sostenible, si su emisión no está afincada en activos subyacentes monetizables.”

Luego agrego: “El llamado Blockchain (cadena articulada), que es un sistema de seguridad de trazo continuo, que es inmune a la accesibilidad y no permite alteración, modificación o deformación de una base de datos, nada tiene que ver con las monedas virtuales, ni con las mal llamadas monedas encriptadas.”

Y concluyo diciendo: “El mundo ingenuo e incauto le sigue creyendo a Charles Ponzi, truculento embaucador y padre de los carruseles y las pirámides financieras. Es cierto que algunos tempranamente pueden derivar significativos ingresos especulativos con la compra y rápida venta de estos viejos engendros, tal y como sucede en todos los carruseles y pirámides financieras, pero los que se queden con ellos, cuando llega la corrida o asonada financiera, son estafados.”

De la ciencia no se debe dudar, de los piratas financieros sí. Esperpentos como el llamado Bitcoin, ni son nuevos ni novedosos; tan solo usan un nuevo ropaje para tratar de asignarle valor a lo que de suyo no tiene, en razón a que, quien funge de emisor, carece de autorización y respaldo patrimonial, y pretende, sustituir a los bancos centrales, quienes sí cuentan con activos para respaldar, emitir y regular el volumen de medios de pago que ponen en circulación en el mercado.

No se debe olvidar, que para emitir dinero -imprimir billetes y acuñar monedas-, los bancos centrales deben disponer de activos tangibles, de reservas ponderables o de indicadores ciertos de desempeño, que es lo que generalmente se denomina la base monetaria y, de no existir esta base monetaria conformada por esos bienes, reservas e indicadores, la emisión resulta abusiva y de suyo, causa inflación y, por ende, aumento de precios y pérdida del poder adquisitivo de los salarios.

Para evitar excesos y abusos en la emisión de dinero, los bancos centrales deben ser instituciones absolutamente independientes de los gobernantes, de manera que sus políticas no estén supeditadas al querer y la voluntad de estos, como tampoco, a sus necesidades monetarias para fondear programas de gobierno.

Infortunadamente ha sido frecuente que dictadores y gobernantes abusivos, desconozcan la autonomía de los bancos centrales y se hayan hecho a su control para emitir dinero, bien de manera abusiva o furtiva. Los dictadores, Castro, Díaz-Canel, Chávez y Maduro, y los presidentes populistas que han asolado Argentina han apelado a esta práctica que solo causa inflación, desempleo, pauperización y más pobreza.

Sobrecoge escuchar a jóvenes desinformados defendiendo la creación y circulación de las llamadas criptomonedas, a lo que denominan, progresismo monetario, cuando en realidad es anarquía económica, regresiva y pura. Valdría la pena que estos bisoños recibieran una clase de Moneda & Banca para que se percataran, cuales fueron las razones y fundamentos que llevaron a William III, Rey de Inglaterra a ordenar mediante el Tunnage Act la creación del primer banco central, denominado Governor and Company of the Bank of England, así como las causas que originaron la creación del Fondo Monetario Internacional y la concertación de los Acuerdos de Basilea I, II y III.

Sobran razones para que el Gobierno suspenda de manera inmediata y perentoria, las peligrosas modelizaciones que aventuradamente adelanta la Superfinanciera con estos tóxicos y muy nocivos embelecos, y que prohíba y penalice su circulación.

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