La organización sindical, pero que por su actuar parece más bien de índole criminal, Fecode, viene gestando una práctica de oscurantismo contra la democracia y la libertad de expresión, sometiendo a los educandos a una especie de letargo y obstrucción, para que los niños y jóvenes no puedan crear una identidad con la ideología que se sientan identificados, sino que estos imponen su supuesta verdad omnímoda, acabado el ciclo democrático.

Fecode se ha convertido en una empresa de adoctrinamiento y homicida de la democracia, pues como bien señaló el historiador romano, Seutonio: "En un estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres". Claramente a estos agresores del estado democrático, no parece importarles el maltrato a la libertad de expresión, la cual supone un pilar fundamental para la construcción de un país bajo los cimientos de los derechos.

El proceder de este fortín izquierdista, es claramente con el ánimo de sembrar la semilla del descontento social, y tergiversar algunos acontecimientos sociales e históricos con el fin de utilizarlos e impulsar intereses políticos. Esto fue palpable en el video que se filtró hace unas semanas en el marco del paro nacional, donde Nelson Alarcón, líder y dirigente sindical añade: "Todo esto es con miras al 2022, y poder derrotar al uribismo". La protesta social, no fue más que un escenario de campaña donde participaron los criminales y algunos incautos.

Prueba fidedigna de todo este entramado adoctrinador, son las constantes denuncias que realizan los padres de familia al ver como maestros tratan de infundir una imagen errónea del el expresidente, Álvaro Uribe. Caso particular se presentó hace algún tiempo en un colegio privado del municipio de Chinú-Cordoba, donde el docente tildó al líder del Centro Democrático como un "delincuente" y "genocida", evento similar aconteció en Cali, donde la profesora, Sandra Ximena Caicedo puso como tarea el capítulo de los falsos positivos, pero esta dio una mirada errónea y carente de bases.

A sabiendas de todos estos hechos, que demuestran las dispariedades entre el sindicato y la derecha, es de carácter imperativo que se controle ó censure la participación de los integrantes de esta agremiación, como jurados electorales, para los comicios que se avecinan. Dejar a un maestro bajo la responsabilidad del conteo votos, y supervisión de la jornada participativa, es igual que permitirle a un pedófilo, que este al cuidado de nuestros niños.

No dejemos que muera la democracia.