BLM consigue nominación al premio Nobel de la paz tras incendiar EEUU.

Parlamentario noruego, Petter Eide, nominó a Black Lives Matter por su "lucha contra la injusticia racial". Las protestas lideradas por BLM dejaron 19 muertos, 637 disturbios y más de 1000 millones de dólares en pérdidas en 20 estados.

El mundo sigue al revés. No conforme con haber visto a los representantes diplomáticos de Irán, China, Rusia y Corea del Norte dando lecciones sobre derechos humanos en la Organización de Naciones Unidas (ONU), ahora Black Lives Matter (BLM), el movimiento marxista que incendió Estados Unidos en 2020, es nominado al premio Nobel de la paz 2021.

Petter Eide, parlamentario noruego, nominó a BLM porque considera que este movimiento ha obligado a países fuera de EE. UU. a lidiar con el racismo dentro de sus propias sociedades y generar un cambio sistemático, según reseña The Guardian.

El movimiento Black Lives Matter, creado en 2013 en rechazo al asesinato de un joven negro de 17 años por parte de un capitán de vigilancia en Florida, resurgió con la muerte de George Floyd a manos de un agente de la policía en Minneapolis el 25 de mayo de 2020.

Pero lejos de luchar por una causa y promover la igualdad, los líderes de BLM han tomado el camino del socialismo racial. Se trataría de una ideología que busca la redistribución de la riqueza con base a la diferenciación racial. “Somos marxistas entrenadas”, ha dicho Patricia Cullors, una de las tres fundadoras de BLM, refiriéndose a ella y la cofundadora Alicia Garza.

Desplegando sus habilidades para aprovechar cualquier circunstancia que hiera la sensibilidad humana, Black Lives Matter, junto con Antifa, convocaron a jornadas de protesta que no tardaron en tornarse violentas, dejando solo más muerte y destrucción. Tan solo en los primeros 14 días se registraron 19 muertes en estas manifestaciones, de acuerdo con una reseña de Forbes.

En lo que respecta a pérdidas materiales, el Insurance Information Institute calculaba para la segunda semana de disturbios un monto preliminar que superaba los 1000 millones de dólares, según estimaciones de The Property Claim Services (PCS) en 20 estados con pérdidas significativas. PCS calificó los destrozos tras la muerte de Floyd como el desorden civil más costoso en la historia de Estados Unidos. Según un estudio de US Crisis Monitor, entre el 26 de mayo y el 12 de septiembre de 2020, en EE. UU. se registraron 637 disturbios, 91 % de ellos vinculados a BLM.

Una causa refutable

Las vidas negras cuentan, así como cuentan todas las vidas sin importar sexo, raza o estrato social. Para BLM, la muerte de Floyd no fue más que la oportunidad para levantar una bandera enmarcada dentro de lo políticamente correcto, pues las evidencias han demostrado que en el caso de Floyd, si bien hubo una brutalidad policial reprochable, también surgieron elementos que refutan la tesis de que su muerte haya sido producto de un crimen por motivos raciales.

George Floyd tenía en su sangre 11 nanogramos por milímetro de fentanilo, según reveló la autopsia. “Los signos asociados con la toxicidad del fentanilo incluyen depresión respiratoria severa, convulsiones, hipertensión, coma y muerte. En las muertes por fentanilo, las concentraciones en sangre son variables y se han reportado tan bajas como 3 nanogramos por milímetro”. Esta información se desprende del informe de 20 páginas de la autopsia que señala que Floyd padecía problemas respiratorios por sobredosis antes de haber sido tocado por la policía. La autopsia también reveló que había dado positivo por COVID-19.

Premios por la paz en medio de la guerra

El premio Nobel de la paz ha sufrido un gran desprestigio por otorgar este galardón a personajes cuestionados para merecerlo. A comienzos de noviembre, el diario estadounidense The New York Times publicó un artículo titulado Premio Nobel de la paz: una lista en aumento de elegidos cuestionables. Entre estos destacaban el expresidente de EE. UU. Barack Obama y el expresidente colombiano, Juan Manuel Santos.

A Obama se le entregó “por sus extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos”. Pero The New York Times señala que “muchos críticos, algunos partidarios e incluso el propio Obama cuestionaron la elección, dado que aún no había logrado ningún resultado significativo para la causa de la paz mundial”.

La escogencia de Obama obedecía más a su aspiración de paz que al hecho concreto de haberla alcanzado. El demócrata asumió el poder en enero de 2009 y ese mismo año recibió el premio casi como regalo de bienvenida. Acto seguido, se convirtió en el primer presidente de EE. UU. en pasar sus dos periodos completos sin un solo día sin guerra, reseñó BBC.

En contraste, su sucesor, Donald Trump, fue el primer presidente desde 1980 en no iniciar una guerra durante su administración. Al contrario, logró históricos acuerdos de paz entre Israel con Baréin, Sudán, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos. El republicano también fue nominado al premio Nobel de la paz pero el galardón se lo llevó el Programa Mundial de Alimentos de la ONU.

En el caso de Santos, su premio se debió al acuerdo de paz logrado con la narcoguerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), impuesto en contra de la voluntad de los colombianos que rechazaron este acuerdo en un plebiscito. Gracias a este pacto, criminales de lesa humanidad llegaron a ocupar curules en el Congreso sin haber sido juzgados por sus delitos y sin reparar a las víctimas.

Fue poco lo que duró el compromiso de paz. En agosto de 2019, los jefes guerrilleros Iván Márquez, Jesús Santrich, El Paisa y Romaña anunciaron que retomaban las armas y volvieron a amenazar al Estado colombiano, así lo reseñó El Tiempo.

Las postulaciones para 2021 están abiertas. El anuncio de Black Lives Matter como nominado al premio Nobel de la paz no hace más que aumentar el desprestigio. La fecha límite para la presentación de nominaciones es este lunes 1 de febrero. El ganador se elegirá en octubre y la ceremonia de premiación se llevará a cabo en diciembre.

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