¿Rendirse? Por: Miguel Velarde

La oposición venezolana ha caído otra vez en un bache. Esta vez, porque sucedió nuevamente lo inevitable: que un sector que nunca apostó por la lucha, oficializó que será parte de la farsa electoral que el régimen chavista está montando para el próximo 6 de diciembre, en la que pretende elegir una nueva Asamblea Nacional y, además, legitimarse en el poder.

A nivel local, el impacto es grande, no tanto por lo que significan quienes se van (en realidad el costo será mayor para ellos y terminarán en la amplia galería de traidores), sino porque golpea fuertemente la moral de millones que la están pasando muy mal tratando de sobrevivir día a día y habían depositado su esperanza en ellos.

A nivel internacional, la confusión es grande, porque algunos actores no tienen la información suficiente para comprender la complejidad del juego político venezolano, por lo que su reacción podría ser levantar las manos y existe el riesgo de perder apoyos importantes que se ganaron en el último tiempo.

Todo esto debe llevarnos a la reflexión. Que la traición sea hoy evidente, no quiere decir que recién haya comenzado. Hace años advertimos sobre los riesgos de contar en la “oposición” con personas que claramente eran funcionales al régimen chavista.

Con el paso del tiempo, varias máscaras se fueron cayendo, decepcionando a quienes se habían negado a escuchar las advertencias. Sin embargo, a pesar de todo lo malo, veamos el lado positivo: el daño que hicieron mientras pasaban por legítimos líderes fue mucho mayor.

Después de todo lo vivido, debemos finalmente comprender que la Unidad de “todos” fue, es y será siempre un gran error. No todo suma, muchas veces tener al lado a quien no debe estar resta… y mucho.

A pesar de tanta decepción, la realidad es que quienes desde hace años luchamos por la libertad de Venezuela somos más y no descansaremos hasta lograrla. Tenemos que comprender que el único camino es la unión de quienes auténticamente compartimos este objetivo.

Venezuela atraviesa otro momento muy oscuro… una vez más. El camino que tenemos por delante es difícil y estará lleno de obstáculos. Seguramente también se hará más largo de lo que esperábamos.

Pero nos toca reagruparnos, agarrar fuerzas y transitarlo cueste lo que cueste. Hasta vencer. Porque la única manera de que el mal triunfe finalmente es que el bien deje de luchar.

¿Rendirse?

Eso jamás.

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