La organización Human Rights Watch (HRW) acusó al régimen comunista que controla la isla de Cuba de realizar juicios abusivos, arrestos arbitrarios y maltrato contra detenidos, todo esto de forma sistemática, como consecuencia por las protestas pacíficas que tuvieron lugar en la isla el pasado 11 de julio. Según indica HRW, más de 1.000 personas fueron capturadas durante estas protestas, y más de la mitad continúan privados de su libertad.

"Manifestantes pacíficos y otros críticos han sido sistemáticamente detenidos, incomunicados, sometidos a abusos en condiciones carcelarias nefastas, y juzgados en procesos que son una verdadera farsa", aseguró Juan Pappier, investigador para las Américas de HRW.

Pappier añadió que el gobierno respondió a las manifestaciones de forma violenta, desplegando lo que califica como "una brutal estrategia de represión destinada a infundir miedo en la población".

Indica el informe que en la mayoría de esos casos, las víctimas sufrieron interrogatorios reiterados, en los cuales se les preguntó por el financiamiento de las manifestaciones. Algunos de los detenidos fueron privados de sueño y golpeados. A otros se les amenazó con tomar represalias contra ellos o sus familiares por protestar.

El desgarrador informe muestra el verdadero terror con el que la izquierda comunista reprimió a sus ciudadanos. Una de las historias recolectadas para el reporte cuenta el testimonio de una estudiante de 17 años, el cual afirma lo siguiente: "Tras su arresto, dos agentes mujeres la obligaron a hacer cinco sentadillas desnuda mientras tosía y se presionaba a sí misma el estómago. Una de ellas le ordenó que inspeccionara su propia vagina con el dedo".

Pese a la represión mostrada por el régimen comunista, una nueva jornada de protestas por la libertad está programada para el próximo 15 de noviembre.