Legal Design, un paso más para la democratización del derecho. Por: Valentina Arenas Murillo

Una de las preguntas que más me surgen cuando hablamos de innovación y derecho, es cómo podemos generar un verdadero cambio en la industria legal, pues son innumerables los desafíos que tenemos hoy los nuevos abogados para lograr un cambio de paradigma.
La democratización del derecho es uno de los desafíos más importantes, pues bajo el entendido de que el derecho es una ciencia social, que define principios y normas que rigen la conducta humana, y que su cumplimiento y entendimiento está ligado principalmente al poder público, es ilógico que la democratización del mismo no sea un tema del que se habla desde la base de la creación de toda estructura legal.
De tal manera que el legal design, más que una corriente naciente del derecho es una necesidad inminente del mismo. El entendimiento del derecho se extrapola a todas las áreas, ya que es necesario poder entender tanto las sentencias de las cortes, como el contrato de arrendamiento que necesitas para alquilar un inmueble. Es por esto que la aplicación de legal design, es tan importante como la creación de las propias leyes. Es sin duda alguna la premisa fundamental sobre la cual los nuevos abogados tenemos que comenzar a construir un marco regulatorio.
Legal design es una disciplina que combina los principios de diseño con el campo legal, para crear soluciones jurídicas más fáciles de entender y utilizar para los ciudadanos. El objetivo es mejorar la accesibilidad, comprensión y eficacia de las normas, así como los procedimientos y servicios legales.
Esta disciplina se utiliza para crear documentos legales, interfaces de usuario, procesos de negocio, programas de capacitación, y otros productos y servicios jurídicos más fáciles de entender y utilizar. Así mismo, con este, se pueden identificar y resolver problemas legales existentes, como la complejidad de los procesos de reclamación de seguros o la falta de acceso a la justicia para ciertos grupos de personas. El diseño legal también nos permite crear servicios de asesoramiento automatizado o la implementación de procesos de resolución alternativa de conflictos.
Un ejemplo de esto puede ser la creación de un contrato de arrendamiento en lenguaje sencillo y con ilustraciones para ayudar a los inquilinos a comprender sus derechos y obligaciones.
Los abogados de las nuevas generaciones, debemos adoptar el diseño legal, pues este supone un enfoque colaborativo y multidisciplinario para comunicar conceptos legales. Lo que resulta de esto, es una sociedad que percibe y acepta el cambio, pues una vez se transforman los textos y elementos legales, no existirá retorno al léxico complejo, lleno de expresiones jurídicas propias de la vieja escuela.
Existen tantos tipos de legal design como ramas del derecho, los más trabajados en la actualidad son: el diseño de contratos, litigios y negociaciones. Con el rediseño de este tipo de documentos lo que se busca es enfocarse en el usuario, pues es necesario que quien consume el derecho entienda del mismo.
En resumen, El legal design es una herramienta valiosa para mejorar la confianza perdida por muchos usuarios, y puede ayudar a resolver problemas legales existentes. Sin embargo, es importante recordar que el legal design no es una solución mágica, sino una herramienta que debe utilizarse en conjunto con otros esfuerzos para mejorar el sistema legal, de tal manera que como abogados precursores de esta corriente debemos abrazar la innovación, abrir puertas al cambio y a la tecnología.