La Copa del fracaso: Por Nicolás Morales

La Copa América finalmente no se jugará en Colombia. La CONMEBOL decidió retirar al país la sede y el privilegio de organizar el torneo de selecciones más antiguo del mundo, y esto era algo que se veía venir desde hace rato.

La situación de orden público en el país hace imposible que pueda jugarse fútbol, sin embargo, en Colombia, lugar donde lo imposible se hace posible (y no en el buen sentido), creyeron que el torneo era viable. Se jugaron partidos de Copa Libertadores en medio de protestas, gases lacrimógenos llegaron a los estadios y afectaron a los jugadores ¿eso es tener garantías para organizar un torneo? Cito las palabras de Marcelo Gallardo, técnico de River Plate tras finalizar su partido contra el Junior de Barranquilla “no es normal venir a jugar un partido de fútbol en una situación tan inestable. No fue normal durante la previa ni durante el partido” .No es normal que insistieran en jugar fútbol en medio de esta crisis.

Sumemos a esto los contagios por Covid-19. Las protestas han disparado el número de casos, como lo dijo hace unas semanas el ministro de Salud, Fernando Ruiz. Con los contagios alborotados pretendían jugar el torneo todavía. 

El Gobierno Nacional como último y desesperado recurso pidió que el torneo fuera aplazado para noviembre, y claramente la respuesta de la CONMEBOL fue no, y nos retiró la sede. La desesperación por organizar el torneo fue tanta que terminamos humillados, en vez de haber renunciado con dignidad a esa copa hace varias semanas y atender los verdaderos problemas en el país, pero este gobierno ha sido negligente en hacerlo. 

Era lógico que no se iba a poder hacer la copa en noviembre, las temporadas en Europa están en pleno desarrollo en esa época y los equipos no van a prestar a los jugadores. Ya suficiente será el año entrante con  el mundial de Catar que está programado para jugarse de noviembre a diciembre y volvió un revoltijo todo el calendario del fútbol. 

Desde el principio esta Copa América estaba destinada a fracasar. Aplazada un año por la pandemia, y luego toda esta crisis social y un gobierno que pareciera no atenderla. Ni hablemos de lo futbolístico porque al ser locales habríamos tenido la presión de hacer un buen papel, y la presión generalmente nos come vivos en el deporte a los colombianos, solo vean el papelón de Independiente Santa Fe contra River Plate. Sinceramente, me alegra que la Copa no se juegue en Colombia. 

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