A medida que se aproximan las elecciones presidenciales del 2022 en Colombia, los aspirantes a ocupar la Casa de Nariño por los próximos cuatro años continúan sus campañas. Sin embargo, esta segunda época de elecciones tras la firma de los acuerdos de paz, está sumida en un país donde la violencia continúa disparada, y los grupos armados al margen de la ley siguen aterrorizando a la población. Pero pareciera que sus límites están siendo excedidos, buscando atentar contra los precandidatos presidenciales de derecha que más han sido críticos de los acuerdos y de estos grupos terroristas.

En menos de una semana, la Fuerza Pública frustró dos posibles atentados contra los precandidatos del Centro Democrático. El primero de estos pretendía tener como víctima a María Fernanda Cabal. El grupo de manejo de artefactos explosivos (MARTE) del Ejército Nacional, destruyó de manera controlada tres cilindros cargados con explosivos, los cuales estaban ubicados a escasos 50 metros de la vía que comunica los municipios de Cerrito y Rozo, en el Valle del Cauca. Por esta vía se movilizaba la caravana que transportaba a la precandidata.

Durante los últimos meses, Cabal ha recibido también amenazas por parte del ELN y las disidencias de Las Farc.

El otro caso ocurrió este pasado fin de semana en Villavicencio, y el objetivo de los delincuentes era el precandidato Alirio Barrera. Las autoridades lograron capturar a dos sujetos que pretendían atentar contra la vida del exgobernador de Casanare. Sin embargo, estos dos fueron puestos en libertad por un juez de control de garantías por errores en el procedimiento. Estos bandidos, como los define Barrera, fueron encontrados con dos armas de fuego y varios cartuchos de municiones.

En declaraciones para El Bogotano, Barrera afirmó que la justicia necesita una reforma en Colombia, y que todo el peso de la ley debe caerle a estos individuos que delincan en el territorio nacional.