De los alcaldes y otros Demonios.

Déspota gaminezca-Retador

Nuestro Estado Social de Derecho Colombiano, en su filosofía política se ha caracterizado por su democratización, participación ciudadana y autonomía en sus entidades territoriales, considerando a los municipios como una entidad fundamental en el desarrollo económico y social de la Nación. Por lo cual, el rol de los alcaldes es esencial para el funcionamiento de la administración pública de en los municipios, cuya finalidad debe ser el bienestar social y económico de la ciudadanía colombiana.

Considero que los alcaldes deben ser el ejemplo para las futuras generaciones, un ejemplo basado en la honestidad, la intelectualidad y en el respeto por la dignidad humana de los contradictores políticos. Sin embargo, la realidad social y cultural es bastante denigrante y diferente a los preceptos establecidos anteriormente.

Para los campesinos, académicos, estudiantes y población en general, es habitual acompañar la primera de taza café del día con una noticia relacionada sobre alcaldes investigados, procesados y judicializados por actos de corrupción.

Alcaldes judicializados por su participación en política durante el desarrollo de los comicios electorales con el propósito de seguir gobernando y mantener las arcas del poder político en sus regiones, conllevando a la población que reside en el municipio a una demagogia relativa, pretendiendo legitimar lo deslegitimado.

La corrupción es la hiel amarga que dilata el sistema económico y financiero de los municipios, igualmente, en los discursos políticos con sentido patriótico que emiten los alcaldes en el desarrollo de sus Gobiernos se colisionan cuando sus actuaciones son contrarias a la ética, la moral y las buenas costumbres.

Es abominable que durante la pandemia del covid-19, los alcaldes en el ejercicio de su autonomía administrativa, distorsionen los recursos públicos dirigidos al fortalecimiento del sistema de salud y la mitigación del virus, es un acto que merece un rechazo social y a la vez un espacio de reflexión para la ciudadanía colombiana para que razone al instante de ejercer su derecho al voto durante las elecciones regionales.

Para finalizar, Concuerdo con el Sociólogo alemán Max Weber, en determinar que “el político debe tener: amor apasionado por su causa; ética de su responsabilidad; mesura en sus actuaciones”, permitiendo lograr una identidad Nacional y cultural fundamentada en la honestidad reciproca de los Alcaldes, logrando la construcción de un país equitativo con justicia social.

Por; Brayan Alexis Chaux Vargas
Cuenta:@chaux_brayan

3 Comentarios de: “De los alcaldes y otros Demonios.

  1. Concuerdo con el autor, es una conducta abominable que determinados alcaldes durante la pandemia distorsionen los recursos públicos. Es necesario que las personas pensemos muy bien al momento de votar en las elecciones regionales, Colombia necesita un cambio social, y eso empieza votando por personas honestas y que estén bien preparadas.

  2. Es necesario que los alcaldes sean imparciales en épocas electorales, también es cierto que los alcaldes dicen un discurso sobre anticorrupcion en la plaza publica pero se contradicen con sus actuaciones, por fin algo nuevo en este periódico.

  3. Muy buena columna, sustanciosa de leer, y es verdad en muchas partes de Colombia los alcaldes participan en política para seguir gobernando.

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