Lo dijo el expresidente Iván Duque y el país de los que sí quieren ver, lo notan. La oposición liderada por Gustavo Petro en los últimos años y sobre en los últimos meses, fue deshonesta.

Lo digo porque fue una oposición sucia, buscando su propio bien y no el de Colombia. Fue una oposición que no ayudó a construir, por el contrario, se dedicó a destruir y nunca reconoció lo bueno del gobierno de Duque.

Fue una oposición de ataques constantes, de desprestigio y que, sin importar las consecuencias, lanzó dardos a través de medios de comunicación, redes sociales y cuanto espacio encontró para atacar.

¿Y por qué me centro en la oposición? Pues porque la de Petro ya no es oposición, hoy son gobierno y ahora la oposición la hará única y exclusivamente el Centro Democrático.

Estoy seguro que los miembros de este importante partido no harán lo mismo que Petro y sus seguidores. Considero que la oposición del Uribismo será bajo el respeto y sobre todo pensando en país. En otras palabras, no se pagará con la misma moneda.

Para quienes comulgamos con el Centro Democrático, nos duele el país, nos duele saber en las manos de quien quedó. Pero no es tiempo de llorar, es hora de estar vigilantes, de ejercer nuestra labor como ciudadanos críticos y ejercer la oposición fuerte.

Debe ser una oposición con carácter, pero respetuosa de los demás. Una oposición que no se encargará de hacer ver que el presidente Petro no hace nada, como decían los petristas de Duque. 

Ojalá haga algo, por el bien del país, pero si no cumple con su tarea, los congresistas y los líderes de la oposición, están en la obligación de hacerle ver a quienes no quieren, que el país de las maravillas que prometió Petro en campaña, no será así.

Por el bien de Colombia y de su hermosa gente, espero que el gobierno haga las cosas bien. Porque muy bueno es criticar y darle palo a quien le pone el pecho a la brisa, pero otra cosa es cuando quien criticaba, ahora debe poner su propio pecho.