Tierra, agricultura y ganadería: las manzanas de la discordia. Por: Jesús Mora Diaz  

Desde la migración de la vida nómada a sedentaria, y el establecimiento de las primeras civilizaciones, el hombre ha gestado luchas por la conquista de tierras con ventajas comparativas, como ubicación, accesibilidad a vías, posicionamiento geoestratégico, pero especialmente por la fertilidad del suelo o recursos naturales con los que cuente este. 

Colombia no ha sido excepción a esta dinámica, tal es el grado de relevancia ó transcendencia histórica, de ésta problemática, hasta el punto de ser combustible para el estallido de conflictos en el escenario político, étnico y hasta instancias bélicas. El estado en aras de apaciguar las aguas, ha implementado una serie de reformas y contrarreformas agrarias, las cuales ha mi parecer han sido fallidas y carentes de una objetividad en las problemáticas. 

El fuego se aviva con la anunciada reforma agraria del gobierno Petro, la cual ha denominado, “Democratización de la tierra”. La mencionada reforma ha generado un rio mediático que fluye entre las aguas de la verdad y mentira, hecho que genera desconfianza y recelo entre aquellos que usufructúan del suelo. 

La entrante ministra de agricultura, Cecilia López anuncia en entrevistas y cualquier otro espacio al que tenga oportunidad, la mencionada reforma. habla desde la comodidad de su apartamento en Bogotá, de la ganadería con una mirada de pavor y repudio, como si la leche y la carne no fuesen alimentos. 

Antes de generar un foco de tensión y desinformación entre connacionales, creo que la cartera del agro debería estar enfocada a encaminar todas sus fuerzas a la reactivación y brindar las herramientas para que el sector sea rentable, pues la agricultura en Colombia hace muchos años dejo de ser viable, por presión del mercado los agricultores debieron migrar a la ganadería. 

Aquí se debe primero es democratizar los precios de los insumos y fertilizantes, procurar una mayor asistencia del estado, pues la ganadería no es antagonista de esta historia, considero más bien, es la protagonista, ha sido de los pocos motores que han permitido jalonar progreso en el sector primario. 

Considero también, que el estado debe vestir de prebendas, perfumar con subsidios o créditos de fácil acceso para proyectos agricolas, con esto el campesino o inversionista verá más atractiva la actividad, generando empleo, mayor productividad y dinamismo económico, que dará vía libre a un boom multisectorial. 

El estamento no debe atacar la actividad ganadera, si lo hace comete un error, pues estaría lastimando a mas de 900 mil familias que susciten gracias a dicha labor. Los ganaderos salvaguardan nuestra seguridad alimentaria, generan empleo y hacen patria en cada faena.  

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