Reforma sin solución: Por Sergio Calderón Acevedo

Sergio Calderón Acevedo
La única que puede dar la solución permanente al descuadre fiscal será aquella que elimine exenciones, descuentos y deducciones.

Columna publicada en Portafolio el 6 de julio de 2021.

A menos que lo que quiere recaudar el ministro de Hacienda a través de la (otra vez) próxima reforma tributaria no incluya la venta de ISA y de otros activos de la Nación, al país le iría mejor dejando las cosas como están, y al próximo gobierno el desgaste temprano de tratar de corregir el desajuste estructural de las finanzas públicas, si es que los ‘jóvenes’ del frente Percepción López le permiten posesionarse.

Es loable el esfuerzo que hace el ministro, al recorrer el país para socializar los temas más importantes del proyecto de ley que deberá estar presentando al Congreso en dos semanas, y su decisión de escuchar las voces fuera del edificio San Agustín, de donde su antecesor nunca asomó.

Pero el mensaje que está transmitiendo es, en mi opinión, muy preocupante: que se pretende sostener el nuevo gasto social, e incluso crear otros, sin tocar el IVA y afectando el impuesto de renta únicamente para los más ricos y las empresas. También se juega con la idea de recargar un buen lastre al sector financiero, con una alta sobretasa. La experiencia de la supuesta temporalidad del GMF o de los destartalados SITP, puede ser un indicio de que la actividad financiera se convierta en vaca lechera permanente de la Dian.

Aunque no se conoce el texto de la reforma, se sabe desde ya que el mayor gasto se basará, principalmente, en nuevo endeudamiento, en ventas de activos y en la cacería de evasores. Falta ver si la esperada lucha contra la evasión es bien implementada y que se les cuelgue la penalización sin cesación de procesos a los pillados. En casi todos los países de la OCDE la evasión es considerada un robo a toda la sociedad y los criminales que la practican son expuestos en un cadalso público, para que sus conciudadanos los repudien y el Estado los expulse de la posibilidad de contratar con él.

La Dian dijo la semana pasada estar enviado cartas a 6.000 colombianos (publiquen la lista!) cuyos activos en otros países han sido identificados y aún no declarados. Todos sabemos que la mayor parte de estos evasores esconde sus inmuebles, cuentas y participaciones en redes societarias, y que castigarlos será más difícil que a los asesinos del tal paro, que fueron filmados y detenidos, pero enviados a sus casas por jueces afines a sus causas.

Pero vuelvo al principio: la única reforma que puede dar la solución permanente al descuadre fiscal será aquella que elimine exenciones, descuentos y deducciones, con lo cual los colombianos empezarían a pagar impuestos como en el resto del mundo. Y de eso parece no haber nada en la que la mara ‘primera línea’ tampoco aceptará cuando sea presentada. Más bien elijamos en 2022 al candidato que reciba el mandato de hacerlo, porque lo incluyó en su programa de gobierno.

Sergio Calderón Acevedo
Columnista Portafolio

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