Por estas fechas, la narrativa de la cotidianidad en Colombia está a rebosar de un nombre, Rodolfo Hernández, el cuál despierta un aroma de júbilo y patriotismo entre los soldados que defiende la patria del ostracismo cobijado de populismo.

La primera vuelta dejó numéricamente al agente sembrador de odio como vencedor, pero la interpretacion electoral, deja como verdadero vencedor al ingeniero Hernández.
El viejito, con tonalidad de un adjetivo fraternal y esperanzador, así se refieren los seguidores, de quien se convirtió en un fenómeno político, pues apartado de cualquier maquinaria, sin eufanar por llenar plazas y mucho menos sin necesidad gastar ríos de dinero, logró cautivar de manera afectiva a más de 6 millones de colombianos.

Hernández le bastaron unos cuantos meses para equiparar el potencial electoral que le brinda el andamiaje politiquero a Petro, quien lleva 3 campañas y no ha logrado sobrepasar la barrera de los 8 millones de votos, se podría decir que el candidato de la izquierda está en su cumbre.

El resultado de la sumatoria electoral para  petro el próximo 19 de Junio, a duras penas logrará equiparar los 9 millones, él ya tocó techo y no ha adherido individuo alguno que le permita sumar de manera considerable, por el contrario sus aliados han quedado al descubierto y se evidencia el juego sucio contra cualquiera que piense distinto al mesías y sus discipulados, situación que ha mermado porcentaje en las encuestas y seguramente en las urnas.

Las cuentas están claras, si los votos de Fico, Gomez, Milton y gran parte de Fajardo son disciplinados el viejito es presidente.Se interpone únicamente el actuar oscuro y corruptos de la corte impura que acompaña al candidato de la izquierda.

La lógica prevalece sobre cualquier disparidad, las cuentas e ideales están claras, la izquierda lo sabe y de manera ilegal tratarán de llegar al poder para afincarse en él. Debemos interponernos al avance impositivo de absolutismo, defender la democracia usando la espada de la verdad y la gallardía es tarea de todos los Colombianos.