Mujeres, vida y libertad. Por: Gabriela Forero Murra

“Kill because of Hijab. How much more humiliation?”

En días pasados Mehsa Amini, de 22 años, fue asesinada en Irán por la policía moral, entidad encargada del correcto seguimiento de la moral musulmana, entre esto, el uso correcto del hijab. Por no cubrir completamente su cabeza con el velo, Amini fue arrestada y golpeada con tal brutalidad, que producto de los golpes tuvo un derrame cerebral que causó su muerte.

La devastante noticia se dio semanas después de que el presidente iraní, Ebrahim Raisi, ordenara una aplicación más estricta del código de vestimenta en el país, y sanciones más fuertes para quienes incumplieran, tales como la prohibición de entrada a oficinas del gobierno, bancos o el uso de transporte público.

La muerte de Amini ha desatado protestas en Teherán y 15 ciudades más, que, de acuerdo con el Centro para los Derechos Humanos en Irán (CHRI), han dejado más de 36 muertos. En las manifestaciones las mujeres se han quitado y quemado sus hijabs, como un acto de protesta contra la opresión a la que han sido sometidas desde la Revolución Islámica, en 1979, fecha desde la cual el hijab se convirtió en un elemento obligatorio de la vestimenta femenina.

Irán ha tenido varias formas de "policía de la moral" desde la Revolución Islámica de 1979, pero Gasht-e Ershad, la acusada del asesinato de Amini, es la encargada de hacer cumplir el código de conducta islámico en público. Además de tener la autoridad para detener a quienes violen los códigos morales, pueden conducirlos a centros de corrección donde reciben formación sobre la moralidad.

Muchos piden la modificación de leyes, la libertad, muchos otros piden la abolición de la Policía Moral. ¿Tenemos realmente la verdad moral revelada o la superioridad para atacar físicamente a alguien por no cumplir con elementos culturales o morales? Como ha sido manifestado por varios protestantes, si el uso correcto y estricto del hijab o de elementos de vestir fuese un elemento cultural o moral, que se acatara no debería ser obligado y menos con violencia entendiendo que la cultura es un conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico e industrial. No es entonces, y no puede ser, un elemento obligatorio pues no existe una forma única, exclusiva o del todo correcta de desarrollar costumbres o conocimientos. Entonces, ¿cuál es la verdadera finalidad de la policía de la moral?

De acuerdo con un miembro de la policía: "Nos dijeron que la razón por la que estamos trabajando para las unidades de la policía de la moral es para proteger a las mujeres", dijo. "Porque si no se visten apropiadamente, entonces los hombres podrían ser provocados y hacerles daño".

Es entonces relevante volver a la base del problema. Este tema va más allá de la moral o la imposición cultural. Independientemente de la cultura, la vestimenta o la conducta, la respuesta a que una mujer no sea atacada por un hombre, no debería ser reprimir a una mujer o privarla de su libre desarrollo. Como se ha visto en otros contextos y se ha expresado en múltiples ambientes, la violación nunca es una respuesta a lo que una mujer tiene puesto, sino a una actitud depravada, que es indiferente a la ropa, edad o relación con la víctima.

El problema entonces no está en el uso incorrecto del hijab, en el uso de una falda muy corta, en la falta de supervisión de un menor: el problema está en que creemos que la violencia hacia la mujer solo se previene con acciones de la víctima, y no educando a una sociedad en el respeto y el entendimiento de la cultura de forma libre para hombres y mujeres por igual. Entonces, esta idea ha de hacer eco no solo en Teherán y las 15 ciudades llenas de mujeres protestantes, sino en todo el mundo donde una mujer en peligro no es analizada desde los problemas educativos de una sociedad que no las ha dejado decidir con libertad, con autonomía. Y no, no se trata de que la cultura sea errónea, no se trata de que el problema recaiga en eso. El problema recae en que las mujeres no pueden ni siquiera seguir prácticas de forma libre.

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