Que vivir no sea solo respirar;

Que vivir no sea solo levantarse de la cama todos los días;

Que vivir no sea solo un checklist de cumplir con los deberes cotidianos;

Que vivir sea el calor de la luz del sol y el frío de las gotas de lluvia;

Que vivir sea el sonreír de alguien en la calle y el abrazo de un ser querido;

Que vivir sea vibrar por lo que nos apasiona y por lo que soñamos;

Que estar aquí, en la tierra, nunca sea en vano. Porque un día llegará en el que el vivir ni siquiera será un respirar, despertar ni cumplir; un día en el que no abriremos más los ojos y preguntas quedarán: ¿sí sentí? ¿Sí abracé? ¿Sí soñé? ¿Sí viví con pasión? 

Lo más probable es que sea un día inesperado, por el que no estaremos preparados. Así que mientras nos quedan días sagrados, sin saber cuántos, hagamos que la vida sea más que respirar, levantarse y cumplir; que la vida sea un sueño en acción y no un escrito sin pasión.

El día 7 de enero pudimos unirnos para hacer un homenaje a la vida de Mauricio, junto con su familia y todos aquellos que lo conocieron. En una ceremonia llena de música, palabras especiales y unión, su familia nos invitó a celebrar su vida y a mantener vivo su legado, recordando que Mauricio continúa entre nosotros, a través de los aprendizajes que compartió con quienes lo escucharon, lo leyeron o compartieron con él una conversación. 

Así, recordando lo efímera que es la vida, queremos agradecer por haber compartido un pequeño pedazo de la vida de Mauricio, sus aspiraciones, sueños y palabras.