La Patria Tiene Hijos de Honor. Por: Javier Mejia

Javier Mejia -Columnista- elBogotano

Antes de darle inicio a esta narrativa de arrojo e idoneidad, quiero por anticipado agradecerles a ustedes soldados, su vocación de valor y sacrificio por servir a nuestra patria. Sí, ustedes soldados; grandes Héroes y Valerosas Heroínas que llevan con honor el apellido de toda una nación, lideres que dejan una huella imborrable en el camino, que lo ven todo cuando surcan el cielo, anfibios de grandes mares y extensas tierras, camaleones que se mimetizan en la inclemente selva, hombres y mujeres de carne y hueso, de grandes sentimientos, que luchan hombro a hombro, día y noche, bajo la tempestad, el frio, y el sol más profundo, con el fin de dar cumplimiento a su misión; preservar la integridad de nuestra nación.

Sí, Usted soldado, que llego valerosamente a esa base militar y traspaso esas extraordinarias puertas intangibles que nunca se cerraran, batallones castrenses que se convirtieron en su casa para la eternidad. Usted Soldado, que sin vacilación alguna, estuvo ahí, presto a dar inicio a su vocación incondicional, siempre impetuoso a dar todo de sí, sin esperar nada a cambio, usted soldado, que fue acompañado de su valerosa madre, que con lágrimas en el rostro y un sufrimiento en el corazón, lo despidió encomendándolo a Dios. Sí, usted Soldado, que decidió dar un paso al frente y dejar todo atrás, que tan solo pudo partir con los recuerdos que llevaba en su memoria, para así darle gloria a ese sueño trazado, convirtiéndose en el mejor hijo de
honor.

La entrega, el sacrificio, el deber, el valor y la templanza que lleva usted como soldado, solo lo entienden los que visten con honor ese camuflado, uniforme que nunca podrá ser borrado una vez se es galardonado; ser soldado de honor no es tan solo declamar esta palabra, ya que se dice muy fácil y así mismo se la lleva el viento, ese valeroso sacrificio solo lo narra usted y sus compañeros de incontables guerras y mil batallas, que cada día que pasa envejecen a su lado, soldados que juraron junto a usted, ante Dios y la patria, defender a los que no conocen, preservar la paz, la libertad, el orden constitucional, ofrendando fidelidad para sostener indivisiblemente a su nación.

Soldado, aunque todos nacemos con una patria, no todos tienen la vocación de hacer patria, es una palabra compuesta de principios y valores intangibles e irrevocables, es un orgullo que se lleva y se siente por dentro, que consta de ética y confianza, que todo esto junto termina solidificándolos como hombres de acero, patriotas que deciden hacer el bien primero, disponiendo de su vida por defenderla. Ustedes soldados la construyen, la preponderan, y también la lloran, muchos de estos patriotas son llamados a la inmortalidad por designio de Dios, viaje sin retorno, que deja incrustado en la memoria de sus conciudadanos, el costo que tiene la libertad y que muchos no saben valorar

Adelante soldado, su norte siempre estará trazado, las vicisitudes estarán en el camino, como los acérrimos enemigos y los deshonrosos compañeros que se interponen en el mismo. Llegaran políticos de turno a desprestigiarlos, desmoralizarlos y condenarlos, a cambiar lo que ustedes con sudor, sangre y sacrificio han ganado, pero fuerza, no desfallezcas amigo mío, ellos son tan solo eso, políticos de paso que serán olvidados y reemplazados por el siguiente en turno. En cambio a usted honorable soldado, nadie le quita ese diferencial, ustedes son Patriotas que se glorifican en la eternidad, ustedes son los hijos de nuestra nación, la fortaleza de un país, el orgullo de un pueblo, y la riqueza invaluable de nuestra patria, ustedes surgieron como ejercito para ser perpetuos, invencibles e inmortales, ustedes son nuestros Héroes y así se mantendrá.

Nunca Olvidéis a ese Gran Patriota que te dio Libertad e Inmortalizo tal Mensaje.

“Libertas Nullo Venditur Auro” (Antonio Nariño)

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