Guyana: ¿El nuevo rico del vecindario?

Sergio Escobar -Columnista- elBogotano

En medio de los múltiples análisis que presentan los organismos multilaterales financieros se ha explicado como las economías de los países del continente se verán afectadas por la crisis mundial de salud originada por la pandemia COVID19. Recientemente, en un informe presentado por el Fondo Monetario Internacional -FMI- mostraba como los números negativos acompañarían a los países de la región, en un promedio cercano al 4% negativos y pasó por desapercibido para muchos, el nombre de Guyana que mostraba un numero cercano al crecimiento económico del 50% y sobraría decir que sería la economía de mayor crecimiento en el mundo, aun, en medio de esta crisis.

Guyana, un país al noreste de américa del sur, oficialmente conocida como República Cooperativa de Guyana, independiente de la corona británica desde 1966, descubrió hace un tiempo importantes yacimientos de petróleo que lo catapultarían como un novel jugador petrolero, pasando de 220 mil bpd a casi un millón en 2020/2021 convirtiéndose en los próximos años como el país de mayor producción petrolera per cápita en el mundo teniendo presente sus actuales 780 mil habitantes.

Guyana tendría entonces, un provenir atractivo que no está exento de obstáculos de toda índole como son los reclamos territoriales por parte de Venezuela sobre la región del Esequibo que representa casi el 74% de su actual territorio, donde precisamente se localizan los principales yacimientos petroleros (los venezolanos ya tenían conocimiento de esa riqueza oculta) y ahora Guyana se prepara a producir. Su otro vecino, Surinam, también reclama una parte del territorio oriental al sureste guyanés, denominada Región del Triángulo del rio nuevo o de Tigri, lo que representa actualmente el 7 % del país.

Sin embargo, el privilegio que tiene el país de pertenecer a la Commonwealth británica, le proporciona un respiro y un respaldo frente a las pretensiones de fuerzas extranjeras sobre su territorio y riquezas. A lo largo de su corta historia desde la independencia, el país ha tenido un crecimiento económico modesto basado especialmente en la industria básica agrícola y minera polimetálica de un lado y de los subsidios desde Londres. Ahora, la bonanza petrolera ayudaría a superar las dificultades que se presentarían para su transformación económica y social necesaria en las próximas décadas, después de que los precios del barril de petróleo recuperen lo que se ha perdido en este 2020.

Así pues, Guyana podría convertirse rápidamente en una de las naciones más prósperas per cápita en el hemisferio e incluso del mundo, y una voz cada vez más resonante en Suramérica. Sin embargo, deberá sobreponerse a ese efecto embriagador común en estos casos del nuevo rico, que gasta la fortuna y no la invierte. Es importante que tenga instituciones democráticas fuertes; un muro que contenga el apetito corruptor que asoma en esas situaciones; capacitar al capital humano local y recibir una inmigración selecta que ayude a sostener el crecimiento socio económico necesario para el desarrollo de su transformación como nación con la riqueza que ha encontrado casi que por sorpresa.

Sergio Escobar, @sergioes11 de @MGCeie
Fecha: 30/Abril/2020
Fuentes: BBC Mundo, FMI.

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