Ganaderos de Colombia, ¡se jodieron! Por: Alejandro Bermeo

O más bien, los van a joder y de paso al país. El nuevo director de la DIAN nombrado por Petro, Luis Carlos Reyes, un tecnócrata educado en Estados Unidos, de esos sobre los que advertía tanto Rodolfo Hernández (dejando de lado que Rodolfo es otro petrista más), está proponiendo un nuevo impuesto al sector ganadero, un impuesto de $15,000 al mes por cabeza de ganado, según él, generaría un recaudo de unos $4,5 billones al año, que servirán para un programa social de renta básica.

Lo justifica diciendo que sería un impuesto “verde”, debido a las emisiones de metano de las vacas (flatulencias y eructos), olvidaba decirles, ¡es otro ambientalista radical!, toda la izquierda está repleta de eso, y les adelanto, el objetivo real no es la plata del impuesto, es acabar la ganadería y comenzar la transición para que comamos insectos o carne sintética, al final comer carne será un privilegio de unos pocos como lo plantea la Agenda 2030 del Foro Económico Mundial que suscribe Gustavo Petro.

Con el agravante de que la tierra destinada a la ganadería es considerada por Petro y su ministra de agricultura Cecilia López, como tierra improductiva o subutilizada, por lo que tendrá que pagar más impuestos y si no los paga, será expropiada. Nuevamente, en línea con la Agenda 2030 que sostiene el fin de la propiedad privada, todo será alquilado. De momento ha dicho:

Se fijará un impuesto equivalente a lo que debería pagar un predio si fuera bien explotado. Al que tiene una cabeza de ganado en una tierra muy fértil le caerá un impuesto muy alto. ¿Cuál es su alternativa? Volver más intensiva su ganadería o dedicarla a la agricultura si esa tierra es apta para eso, o se la vende al Estado para tener cómo pagar el impuesto.

Y por supuesto, en el tema energético, ni se diga, Petro quiere acabar toda la industria petrolera a pesar de que Colombia solo emite el 0,2% de CO2 del mundo, es decir, nada… Mientras tanto, Estados Unidos y China siguen desarrollándose. Lo que muchos no han visto, pero tienen que ver, es que los países desarrollados nos han vendido muchas agendas políticas para mantener su dominio sobre nosotros. Son imperios, y como tales, quieren una Latinoamérica desindustrializada, descarbonizada, y despoblada, en resumen, pobre, en miseria y sin desarrollarse, luego pasan y se apoderan de todo. Y a nuestros políticos los sobornan muy fácilmente, una mansión y un premio en el exterior y hasta ahí llego la soberanía y el voto popular.

Si no comenzamos a ver más allá de nuestras narices, y desde ya entendemos que desde el exterior se está determinando el interior, que nuestros gobernantes son títeres de instituciones supranacionales, y que, si no elegimos políticos patriotas que enfrenten a esas oligarquías globales que conspiran contra nosotros, no habrá un presente ni un futuro para nuestras familias.

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