Empezaron con la educación y ahora van por el campo: la ambición de los Bechara.

El congresista Erasmo Zuleta no solo es el heredero político de Musa Besaile, que está en la cárcel por sus vínculos con Odebrecht y el “Cartel de la toga”, sino que es la tercera generación de una familia que ha hecho de la educación un negocio. Su mamá está siendo investigada por malos manejos de más de $9000 millones de regalías que debía invertir en proyectos de ciencia y tecnología.

¿Qué ha sucedido con el caso de las hermanas Bechara? Sí, Mara y María Fátima, las herederas de la Universidad del Sinú que se vieron involucradas en presuntos malos manejos de dos contratos de regalías suscrito entre la institución privada y la Gobernación de Córdoba a cargo de Alejandro Lyons.

Lo último que se supo es que un juez de Soacha (Cundinamarca) las envió a la cárcel luego que en su departamento de origen estaban felices en libertad mientras avanzaba la investigación (que realmente no avanza). De acuerdo con los medios de comunicación, las hermanas Bechara fueron sindicadas por interés indebido en la celebración de contratos, peculado por apropiación en favor de terceros, concierto para delinquir y concusión por manejos irregulares de dos contratos por casi $10.000 millones.

Millonarios contratos sin cumplir.

Los dos contratos bajo la lupa de las autoridades son el 750 de 2013 “Desarrollo e Investigación aplicada al modelo experimental sostenible e innovador de la cadena productiva de artesanías derivadas de la caña flecha en el departamento de Córdoba” y el 755 “Investigación y desarrollo aplicado de un modelo experimental para el manejo productivo y sostenible de los sistemas agroforestales en el departamento de Córdoba”.

Al final no hubo ni artesanías de caña flecha ni manejo productivo de sistemas agroforestales y las hermanas Bechara terminaron vinculadas a la investigación, pero no la que no hizo la universidad, sino la de las autoridades.

El actual representante a la Cámara, Erasmo Elías Zuleta Bechara, hace parte de la tercera generación de esta familia dueña de la Universidad del Sinú, la más grande de Montería, con sedes en Cartagena y Bogotá y con cerca de 10.000 estudiantes. Es hijo de Mara Bechara, exrectora de esa institución.

Erasmo Zuleta, el heredero.

Además de este claustro educativo, son dueños del Hotel Sinú y algunos lotes. Esto ha hecho se sean grandes contratistas tanto de la Alcaldía de Montería como de la Gobernación de Córdoba, acumulando poder y aliándose, al final, con un congresista del calibre de Musa Besaile, uno de los más votados del país (hoy en la cárcel por Odebrecht y el “Cartel de la toga”).

Esta alianza, tanto por la “educación” como por la politiquería lo llevó al Congreso de la República en las pasadas elecciones con 62.711 votos. ¿Cómo logró esa votación? Nunca fue político, no ha aspirado a ningún cargo público anteriormente, solo ha trabajado en la universidad de su familia y de un salto llegó a la Cámara de Representantes.

Sin duda el poder de su familia y la politiquería de la casa Besaile lo tienen ahora ocupando una curul en la Cámara de Representantes por el Partido de La U. Ahora parece que va también por el control del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).

Se conoció que citó al perro y hasta al gato a un debate de control político contra el ICA por el Acuerdo 002 “Por el cual se crea el Sistema de Autorización a Terceros -SAT- del Instituto Colombiano Agropecuario”. ¿Cuál es la real intención de su proposición? Hace parte de una comisión que no tiene nada que ver con el campo. Amanecerá y veremos.

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