La disrupción digital y la acogida de tecnologías crecientes, ha generado un cambio en la óptica de muchos profesionales, pues los avances que ha tenido la internet a partir de su creación y posterior pandemia, son sorprendentes. De acuerdo con el informe digital desarrollado por We Are Social y Hootsuite, más de 4.660 millones de personas en todo el mundo pueden considerarse como “usuarios de internet” lo cual traducido a porcentaje representa el 60% de las personas del planeta.

Una realidad inminente, tal como lo dice la ONU, la cual ha establecido que internet junto con otras tecnologías, se puede considerar como la innovación que más rápido ha avanzado en la historia de la humanidad. Es por esto, que incursionar en ella, se ha vuelto la apuesta de todas las empresas y personas, que esperan un crecimiento real y saben que para lograrlo, deberán adaptar su modelo de negocio a esta técnica, el Legaltech.

En carreras tan tradicionales como el derecho, en donde la forma de hacer las cosas siempre ha tenido una estructura conservadora y lineal, observamos cómo de generación de generación se han perpetuado dichas costumbres y en pocos casos se ha buscado y efectuado un cambio de paradigma. Por lo que palabras como disrupción digital, revolución 4.0 y todos sus derivados como lo son, los smart contracts, la blockchain, la AI, entre otros, tienen poca acogida.

Ahora bien, a pesar de que muchas personas hablan del tema, se estima que solo un pequeño porcentaje de los abogados siguen la rama del Legaltech, lo entienden y encuentran la necesidad de la implementación y estructuración de un marco regulatorio real enfocado en las tecnologías emergentes. Para ejemplificar, las criptomonedas generan un alto riesgo de lavado de activos, debido a que facilitan la integración de dinero ilícito a un sistema financiero sin regulación, por lo cual los criptoactivos, se han vuelto una de las herramientas mas atractivas para la consumacion de variedad de delitos como, el narcotrafico, la compra de armas, financiación de terrorismo, entre otros. Razón por la cual se vuelve necesario darles reconocimiento jurídico a las criptos y a las transacciones que se realizan con ellas.

Actualmente, existen países como España en donde entienden la importancia de priorizar la regulación de las tecnologías emergentes. Con su Ley Mica, buscan crear marcos regulatorios que ayuden a mitigar problemas como el que tratamos anteriormente, sin embargo, dejan de lado la regulación de tecnologías como los NFTs, los derechos en el metaverso, entre otros.

Viéndolo desde cualquier óptica, la necesidad de promover el legaltech, en las nuevas generaciones de abogados, hará que se expanda el horizonte legislativo. así mismo abrirá puertas inexploradas en el mundo de la abogacía, pues quien dice que el derecho no puede ser una carrera creativa, en donde el marketing jurídico, el legal desing y la estructuración de diferentes herramientas que ayuden a los ciudadanos a entender verdaderamente que el derecho es de ellos y para ellos, pues existe la necesidad de que cualquier ciudadano pueda entender la ley que lo cobija y cuales son sus libertades y deberes con la sociedad.

Son innumerables las razones por la cuales hablar de derecho y tecnología en el 2022, es necesario, pues son estas nuevas tecnologías las que nos podrán dar la seguridad jurídica que hemos buscado durante tantos años, la implementación de contratos inteligentes, inteligencia artificial y demás tecnologías surgientes, las que nos darán la mano a la hora de legislar, juzgar y estructurar lo que todos los ciudadanos necesitan.