Duque: ángel o demonio. Por: Jesús Mora Diaz

Emitir una sentencia o realizar siquiera un comparativo de la gestión del presidente Duque a razón de administraciones pasadas, resulta un tanto complejo, pues la coyuntura política e histórica que ha enfrentado en su periodo presidencial difiere mucho a lo precedido, son hechos alóctonos de la cotidianidad de un estado, sin precedentes de ningún tipo. La pandemia, agudización de la polarización política, consecuencias de un proceso de paz amañado.

Muy a pesar del batallar y la disposición del mandatario para hacerle frente a estas dinámicas, el constante bombardeo de improperios sobre la humanidad del presidente no da tregua, una red de conjeturas que han tejido las mentes mitómanas de la izquierda en razón de acaparar incautos. Muestra fidedigna de ese actuar mediático y carente de veracidad es la barrabasada  que rebuzno la formula vicepresidencial de Petro, Francia Márquez, hecho en el que no hondare pues todos lo conocemos a cabalidad.

Pero como aquí no estamos con la intención de abogar por el desempeño de Duque, sino mas bien con el firme propósito de escudriñar en la verdad acerca de este gobierno. Lo verídico hasta la fecha es que el presidente ha sido blanco de críticas, tanto en sectores de izquierda y derecha e inclusive dentro de su partido Centro Democrático.

Uno de los casos más particulares, en referente a las críticas contra Duque, lo protagoniza la senadora María Fernanda Cabal, quien le ha hecho varios llamamientos en aras de que el primer mandatario despierte de ese letargo y pasividad ante diversas problemáticas que aquejan a la nación, pues a ojos de Cabal este gobierno además estaría carente de compromiso y seriedad con el partido y aquellos ciudadanos que lo eligieron.

Cabal ha reclamado al gobierno nacional en reiteradas ocasiones, por el abandono de uno de los pilares esenciales del Uribismo, la seguridad, la cual ha mermado de manera considerable en lo amplio de la geografía nacional, permitiendo así un nuevo resurgir para los grupos criminales y la notoriedad de sus acciones terroristas.

Se podría decir entonces, que el ala política de mayor grado de pureza en referente al seguimiento, difusión y aplicación del legado del expresidente Álvaro Uribe no se siente totalmente a gusto con el desempeño del gobierno, ni mucho menos se ven identificados, pues en reiteradas ocasiones han mencionado que son parte del gobierno, pero no gobiernan, pues dentro del gabinete existen piezas Santistas y progresistas que generan malestar dentro de la coalición de gobierno.

Aunque el proceder del presidente ha sido diplomático y cordial con la oposición, esta jamás equipara estas buenas intenciones, por el contrario, se han tornado hostiles y agresores fervientes de la imagen y acciones del gobernante, tanto así que fueron promotores de un paro nacional que puso en jaque la seguridad nacional, cadena de abastecimiento y genero millonarias pérdidas al país.

La derecha lo golpea, mientras la izquierda le da la estocada final, solo la historia y dios lo podrá juzgar. Para muy pocas es ángel y para una multitud demonio incipiente.

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