A cada venezolano que ha huido para salvar su vida o mantener con vida a su familia, mi cariño y solidaridad profunda.

Vivir lo que pasa en nuestra frontera es desgarrador, te marca para siempre. Te obliga a enfrentar y luchar para acabar este horror.

Por eso, lo que está pasando en Chile exige que todos reaccionemos con firmeza.

Una inmigración masiva, en muy corto tiempo, sin duda genera enormes presiones en los países vecinos; aumenta la demanda de servicios y las preocupaciones sobre la demanda laboral en el corto plazo.

Algunos gobiernos asumen este reto con franqueza, solidaridad y sin populismo; explican los retos y oportunidades de integrar a migrantes al mercado laboral y a la sociedad. Para ello, avanzan en la regularización y protección de nuestros compatriotas, como en Colombia y Ecuador.

Con dolor e indignación hemos visto el desprecio y xenofobia en otros países contra venezolanos de bien que con sus hijos a cuestas y pocas maletas, sufren lo indescriptible para llegar a puerto seguro.Algunos son maltratados y humillados por otros ciudadanos o por las autoridades.

Siento dolor y vergüenza por lo que en Chile en estas horas le han hecho a algunos de mis compatriotas. Se que la inmensa mayoría de los chilenos no comparte este trato cruel contra familias indefensas q solo buscan libertad y seguridad.

El silencio ante esta atrocidad es inadmisible.

A cada chileno de bien,a cada latinoamericano que ama la Libertad, les pido que alcen su voz y defiendan a mis compatriotas en sus países.

Integrar a los venezolanos:

1.Beneficia a las comunidades q los acogen

2.Honra nuestra historia de solidaridad recíproca

3. Es éticamente correcto.