Desde el primero de noviembre, según como se anunció el lunes pasado, Estados Unidos levantará las medidas tomadas con respecto a los vuelos internacionales, principalmente los provenientes de Europa, aunque las medidas preventivas seguirán siendo las ya establecidas anteriormente: tanto las pruebas negativas con un máximo de 3 días previos al vuelo, como el uso del tapabocas durante todo el tiempo, tanto en el aeropuerto como dentro del avión. 

Además, las autoridades estadounidenses, anunciaron que también se empezará a solicitar el carnet de vacunación. Aunque por el momento no hay un comunicado oficial acerca de cuáles son las vacunas aceptadas, se tiene previsto que sean las reconocidas por la Agencia Farmacéutica Estadounidense (FDA), esas vacunas son las Pfizer/BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson (Janssen).

Zients "me dijo que para las otras vacunas, especialmente la AstraZeneca, será su agencia de salud la que decidirá, pero tenía un aire positivo y optimista", dijo Bretton.

Estas medidas se toman además por las tensas relaciones que existen actualmente entre el país norteamericano y los de la Unión Europea, pues estos últimos ya han abierto sus fronteras a aquellos quienes presenten su esquema de vacunación completo y esperaban que fuera recíproca hace algún tiempo. Asimismo, las aerolíneas tanto americanas como europeas, celebraron estas nuevas medidas argumentando que los ingresos de estos vuelos son cruciales para las economías de sus empresas. 

Ahora bien, aunque la situación a nivel aéreo parece llegar a una normalidad controlada, con el fin de evitar nuevos contagios, las medidas a nivel terrestre con las fronteras entre México y Canadá siguen siendo las mismas y sólo podrán ingresar los ciudadanos americanos no vacunados si presentan una prueba negativa realizada máximo 24 horas antes del ingreso.