Ciudad sucia, ciudad insegura. Por: Elena Angel

Los andenes llenos de basura, las vías principales llenas de carretas de reciclaje,
las láminas de los puentes peatonales robados, los postes de luz forrados de
anuncios, cada pared blanca llena de grafitis y mamarrachos sin sentido. Es casi
imposible caminar por una calle de Bogotá sin tener contaminación visual, todo
está sucio y se ha vuelto imposible vivir así. El cuidado de la ciudad es de todos,
pero al parecer a unos se les olvida y se hacen los de la vista gorda.
 
En Bogotá, según el Proyecto de Acuerdo 165 de 2010, se permiten los grafitis en
espacios públicos que anteriormente se hayan permitido por la Alcaldía y por
sentido común se prohíbe la intervención en paredes privadas, sin previa
autorización del dueño, y en monumentos. Sin embargo, no se cumple ni lo uno ni
lo otro. Aparte de que hay grafitis por donde usted lo vea, unos encima de otros,
ya pasaron de estar en paredes a estar en ventanas y puertas de locales. Se
volvió una costumbre pintar en el cuaderno del otro sin pedir permiso.
 
Listo, vamos caminando y vemos una ciudad llena de grafitis, pero cuando
caminamos tenemos que bajarnos de cada andén por que hay basura o tratar de
no caernos con la mitad de los bolardos rotos. Empezando por que hay muy pocas
canecas en la ciudad, y las que hay están a reventar de basura o se las han
robado, por ende, deciden tirar la basura al piso. Para tener una ciudad limpia hay
que incentivar y trabajar desde los hogares, mientras no se tenga esa mentalidad
nunca vamos a ser limpios.
 
Ahora bien, no solo vivimos en una contaminación visual constante sino que
también tenemos que ceder con las carretas de reciclaje que se toman carriles
enteros de las vías principales. Antes eran las mulas, que por fortuna las
prohibieron por maltrato animal, ahora son manejadas por personas. El problema
recae en que, van en contravía, se toman carriles enteros, rayan los vehículos sin
miedo y salimos a deber. Hay que controlar todo el sistema que tienen los
recicladores, dándoles espacios para ejercer esa labor y prohibir el uso de
carretillas por completo. Incentivar la cultura del reciclaje en los hogares permitiría

que el reciclador pueda tener un trabajo más digno y seguro sin tener que revisar
la basura y exponerse.
 
De acuerdo con un estudio hecho por Neuromedia, el ser humano recibe impactos
publicitarios cada 10 segundos lo que serían 6.000 impactos diarios.  Pero es que
en Bogotá, los impactos publicitarios rebotan en cada esquina por la cantidad de
papeles y pancartas que pegan en los postes de luz. Un gel, que dura más que
preso en cárcel, puesto en papeles que venden amor, clases de inglés, brujería y
demás que solo siguen afectando la idea visual de la ciudad.
 
La ciudad es responsabilidad de todos, de cuidarla, de recoger la basura y de
tratar de volverla un poco más amigable de vivir. Hay que exigirle a las alcaldías
mayor limpieza, mayor cantidad de canecas y mayor control de basuras y
reciclaje. Si la idea es volver esta ciudad un poco más colorida o artística, que
sean grafitis con sentido y en orden porque ciudad sucia es una ciudad insegura.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *