Estados Unidos Un Año Después: Por Rafael Torres

Rafael Torres Camargo

 El jueves se cumple el primer aniversario de uno de los momentos más tenebrosos de la democracia Americana. Una toma del capitolio fue el último capítulo de la turbulenta presidencia de Donald Trump. Interferir con la transferencia pacífica de poder es la peor costumbre que tanto el partido Demócrata como el partido Republicano han decidido adquirir. El hecho de que Trump no aceptara el resultado de las elecciones es realmente peligroso, sin embargo, no se nos puede olvidar como durante cuatro años los demócratas intentaron armar dos juicios políticos (impeachment) contra Trump los cuales no tenían ni pies , ni cabeza. Un año después de lo que fue uno de los peores momentos para la democracia Americana , parece que el clima político está lejos de volverse más amigable.

El primer año de Biden ha sido marcado por una de las humillaciones más grandes en la historia militar de Estados Unidos con el desastre que fue la salida de Afganistán. Por otro lado, parece que la Reserva Federal va a tener que subir las tasas de interés debido a que Estados Unidos registra la inflación más alta desde el gobierno de Jimmy Carter. Un alza en las tasas de interés automáticamente significa una desaceleración en el crecimiento económico, todo esto en el contexto de unas elecciones intermedias en donde parece que los Republicanos van a ganar el control del congreso. En solo un año de gobierno, parece que toda la experiencia política de Joe Biden no ha sido suficiente para lograr avanzar su ambiciosa agenda progresista.

En caso de que en marzo la Reserva Federal suba las tasas de interés, los demócratas enfrentarán las elecciones de noviembre en un contexto bastante desfavorable. Biden tiene unos números de aprobación muy bajos y la economía entre el miedo a la inflación y los problemas en las cadenas de suministro no parece estar del todo bien. Además , la pandemia ha llenado de resentimiento a gran parte de la clase media Americana que ve cómo su país cada vez se vuelve más desigual. Estados Unidos siempre se caracterizó por ser un país de una clase media pujante, un país donde la gente era dueña de su destino y todo parecía posible. Hoy en día,   el país del sueño Americano se volvió el país de la deuda estudiantil. Un país donde graduarse de la universidad implica para muchos la imposibilidad de construir un patrimonio debido a que tienen que dedicar gran parte de su vida laboral a pagar una deuda inverosímil.

Joe Biden ganó la nominación en 2020 porque daba la impresión de ser un tipo moderado tanto en sus políticas como en su temperamento. El desprecio que generaba la personalidad de Trump y el miedo a las políticas de Bernie Sanders fue lo que le permitió a un tipo tan poco carismático quedar electo como presidente.  En un contexto donde tantos congresistas corren el riesgo de no quedar reelegidos,  Joe Biden la va a pasar mal intentando pasar mal intentando pasar algo de su agenda progresista en el congreso. Pasar políticas tan progresistas puede poner en riesgo la reelección a aquellos congresistas en estados donde sus votantes no son tan progresistas como las políticas que en este momento conforman la agenda legislativa del partido demócrata. Cuesta creer como un zorro viejo de la política  , no tenga en cuenta el hecho de que fue justamente el rechazo a las políticas de Bernie Sanders lo que le permitió ganar la nominación del partido demócrata y deje que su partido pierda el congreso intentado avanzar una agenda que solo es popular en los medios de comunicación.

A solo un año de uno de los capítulos más tristes en la historia de Estados Unidos, no parece que haya un clima político más amigable. Todo parece indicar que se viene un año de mucha división entre los partidos y dentro de los mismos. Además, parece que la  diferencia cultural entre las elites cosmopolitas de las costas y el centro del país es cada día más grande y cada vez más irreconciliable. Aunque parezca difícil  reconocerlo a Joe Biden lo eligieron para que la política volviera a un estado más aburrido y tranquilo. Ojalá Joe Biden logre que su gobierno sea tan aburrido como ver sus discursos. La gente está cansada de vivir en un mundo donde todo parece un capítulo de Black Mirror. Joe Biden tiene el gran desafío de devolver a Estados Unidos a la época en donde poco le importaba a la gente por quién había votado su vecino.

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